No quiere dormir solo / Doesn't want to sleep alone

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¡Por supuesto que los niños no quieren dormir solos! Ni quieren, ni deben. Los bebés que no están en contacto con el cuerpo de sus madres, experimentan un inhóspito universo vacío que los va alejando del anhelo de bienestar que traían consigo desde el período en que vivían dentro del vientre amoroso de sus madres. Los bebés recién nacidos no están preparados para un salto a la nada: a una cuna sin movimiento, sin olor, sin sonido, sin sensación de vida. Esta separación del cuerpo de la madre causa más sufrimientos de lo que podemos imaginar y establece un sin sentido en el vínculo madre-niño. No pasa nada si traemos a los niños a nuestra cama. Todos estaremos felices. Sólo basta con hacer la prueba para constatar que el niño se duerme entre sonrisas, que la noche es suave y que no hay nada que pueda ser contraproducente cuando hay bienestar. Lamentablemente las madres jóvenes desconfiamos de nuestra capacidad para comprender los pedidos de nuestros hijos que son inconfundiblemente claros. Circula socialmente la idea que satisfacer las necesidades de un bebé los convierte en “malcriados”, aunque paradójicamente, obtenemos una y otra vez el resultado opuesto al esperado, ya que en la medida que no dormimos cuerpo a cuerpo con los niños, ni los tocamos, ni los apretamos… ellos van a reclamar más y más. Pensemos que el “tiempo” para los niños pequeños aparece como un hecho doloroso y desgarrador si la madre no acude, a diferencia de las vivencias dentro del útero donde toda necesidad era satisfecha instantáneamente. Ahora la espera, duele. Si los niños deben esperar demasiado tiempo para encontrar confort en brazos de su madre, se aferrarán con vigor a los pechos, mordiendo, lastimando o llorando, apenas tengan acceso al cuerpo materno. El miedo será la principal compañía, porque sabrán que la ausencia de la madre volverá en cualquier momento a devorarlos. Los niños tienen razón en reclamar contacto físico ya que son totalmente dependientes de los cuidados maternos. Tienen conciencia de su estado de fragilidad y hacen lo que todo niño sano debe hacer: exigir cuidados suficientes para su supervivencia. La noche es larga y oscura, y ningún niño debería atravesarla estando solo. ¿Hasta cuándo? Hasta que el niño no lo necesite más.


Laura Gutman.


Acerca de la autora:
Laura Gutman es argentina, terapeuta familiar y escritora. Lleva publicados varios libros sobre maternidad, paternidad, vínculos primarios, desamparo emocional, adicciones, violencia y metodologías para acompañar procesos de indagación personal. Es colaboradora habitual en numerosas revistas en Argentina y España. Dirige Crianza, una institución con base en la Ciudad
de Buenos Aires, que cuenta con una
Escuela de Capacitación Profesional y un equipo de profesionales que asisten a madres y padres.
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Of course children do not want to sleep alone! Neither want nor should. Babies who are not in contact with the body of their mothers, feel a bleak empty universe that lead them well away from the hope of wellness that they brought from the period they lived in the love of their mothers womb. Newborn babies are not ready for a leap into nothingness: a crib with no movement, no smell, no sound, no sensation of life. This separation from the mother's body causes more suffering than we can imagine and set a nonsense in the mother-child. It's okay if we bring children into bed. We'll all be happy. You just need to try it, to make sure the child goes to sleep with smiles, that night goes by softly and there is nothing can be counterproductive when there is wellness. Unfortunately, young mothers wary of our ability to understand the orders of our children who are unmistakably clear. The social idea that says that meet the needs of a baby produce "spoiled babies" them, but paradoxically, we get, again and again, the opposite result  that we expected because as we don't sleep melee with children, don't touch them nor we tighten them up while we sleep ... they will claim more and more. Consider that "time" for young children is seen as a painful and heartbreaking fact if the mother does not attend, unlike the experiences in the womb where every need was met instantly. Now the wait hurts. If children have to wait too long to find comfort in the arms of their mother, the children cling to the breasts vigorously, biting  and hurting or weeping as soon as they have access to the maternal body. Fear is the main companionship, because they know that the absence of the mother will eat them anytime. The children have right to demand physical contact because they are totally dependent on maternal care. they are aware of their fragility and do what all healthy children do: require adequate care for their survival. The night is long and dark, and no child should go through it alone. For how long? Until the child does not need it anymore. 

Laura Gutman


About the Author:
was born in Argentina; she is a family psychotherapist and a writer

She has written and published several books on motherhood, fatherhood, primary bonds, emotional neglect, addictions, violence and methodologies to accompany in depth personal development processes. She is a regular contributor to numerous magazines in Argentina and Spain. She is the founder and head of Crianza (Raising Children) an institution based in the City of Buenos Aires that consists of a Professional Training Institution and a team of professionals who assist mothers and fathers. 


 

Comments

Paloma said…
Completamente de acuerdo.
Muy bien expresado. Yo duermo en una cama de muy pequeña así que no paso toda la noche con mi bebé de 8 meses por miedo a hacerle daño o algo, y a descansar mal, pero sí pasamos las primeras horas de la mañana.
Para darle su teta es genuino, muy cómodo para los dos. Nos quedamos durmiendo hasta que es hora de levantarse.
Es importante dar lo mejor a nuestros bebés. Criarlos de manera responsable, y no separar a la madre durante los primeros meses de vida y hasta los tres años al menos.

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